El pasado 2 de mayo, Ucrania y Rusia habían acordado la entrega de cuerpos y prisioneros durante la segunda ronda de conversaciones en la ciudad turca de Estambul.

Los objetivos fueron talleres de ensamblaje de drones, puestos de mantenimiento y reparación de armas y equipos, depósitos de municiones y sitios de despliegue de militares y mercenarios.

Declaró que la restauración de los derechos de los rusoparlantes que residen en el Donbás es uno de los requisitos para lograr una solución perdurable al conflicto con Ucrania.

Las fuerzas militares rusas precisaron que los drones fueron desarticulados en las regiones de Briansk, Bélgorod, Kursk, Oriol, Tula, Riazán, Kaluga y Moscú.

A pesar de la escalada de violencia de Kiev, el mandatario estadounidense se mantiene optimista sobre la posibilidad de un alto el fuego entre Rusia y Ucrania.

Kiev intensifica las tensiones al atacar con drones las instalaciones de formación del personal de la planta nuclear, generando preocupación por la seguridad de la central.

El jefe del Comité de Investigación rusa, Alexandr Bastrikin, declaró que las pruebas obtenidas apuntan directamente a Ucrania.

Esta es la primera vez que el presidente ruso y el Sumo Pontífice sostienen conversaciones.

El portavoz de la cancillería china llamó a los países fuera de la región a respetar los esfuerzos de los estados regionales por mantener la paz y la estabilidad, en lugar de fomentar tensiones.

María Zajárova advirtió que los responsables de los ataques «serán identificados y procesados».